A mediados del año pasado, por iniciativa de nuestros colegiales, surgió una nueva actividad en el Mendel: tener nuestro propio huerto en el jardín del colegio. Comprometidos con la ecología y el medio ambiente, la creación de un huerto es una buena manera de explorar las posibilidades que el entorno cercano nos ofrece para conocer la tierra y obtener alimentos, además de fomentar el trabajo en equipo, la planificación y el conocimiento de los recursos.
Podríamos decir que el pasado curso fue como el primer capítulo de una buena serie, el “Episodio piloto”. Tras un par de meses de trabajo, en el que nuestro colegial Lucas diseño y planteó la localización de este nuevo espacio, encontramos el rincón perfecto en nuestro jardín y decidimos ponernos manos a la obra, plantando 5 variedades a modo de test.
Inesperadamente los resultados obtenidos fueron muy positivos, con una buena cosecha en verano de tomates, pepinos, berenjenas y pimientos. Tanto es así, que este año se ha tomado la decisión de tener el huerto desde el inicio de curso. Para hacer crecer este proyecto e implicar a un mayor número de colegiales se ha creado una nueva delegación: la “delegación del huerto”, encabezada por nuestros colegiales Jara Quero y Carlos Merino.
¿Qué estamos haciendo ahora?
Hasta hace dos semanas, como consecuencia de un mes de octubre muy lluvioso, trabajar en el huerto ha sido prácticamente imposible. Finalmente, gracias a que el tiempo lo ha permitido, los colegiales han podido ponerse manos a la obra. Antes de plantar nada ha sido necesario batir la tierra, con el objetivo de eliminar los restos de cultivo del año pasado. También, se ha decidido realizar un solo espacio, ampliando el espacio cultivable respecto al año pasado.
Ahora mismo, mientras la tierra reposa, nuestra delegación está realizando la planificación de la plantación de este año. Este año, nuestros colegiales han decidido realizar el proceso al completo y, en lugar de plantar plantones ya crecidos, se van a crear semilleros con los frutos que se quieren obtener para, posteriormente, trasplantarlos a la tierra que tienen preparada. Todo este proceso lleva un trabajo de estudio y planificación para saber qué especies son las más óptimas en cada momento según el clima de Madrid y un preciso cálculo de tiempos y de trabajos para volver a tener una cosecha exitosa.
Mientras tanto, el gnomo de nuestro jardín se encargará de vigilarlo y cuidarlo.