‘Yellow Day, el día más feliz del año’. Un 20 de Junio que debería ser el más feliz del año para mí no lo es. Es el día en el que me despido de la que ha sido mi casa durante tres años, del Colegio Mayor Mendel, donde cada día, era el más feliz del año.
Llegas a Madrid con 17 o 18 años muerta de nervios por comenzar un nuevo camino, que empiezas sola, o eso crees, y sin hacerte ni la menor idea de lo que te viene por delante. Te instalas en tu habitación y escuchas por primera vez a tus vecinos, ¿Cómo se llamarán? ¿Serán majos? ¿Les caeré bien? Tu cabeza no para de darle vueltas a lo que será el resto del año.
Sin apenas darte cuenta estás hasta las tantas de la madrugada con otras cinco personas en tu habitación compartiendo experiencias y vivencias pasadas, sin saber aún que no son nada comparado con las que vivirás entre esas mismas paredes, con esas mismas personas.
Los días pasan volando, y en todos ellos llamas a tus padres emocionada por lo que has vivido. Aunque sea difícil de creer, cada día en el Mendel tienes una historia nueva que contar, ya sea el partido de basket en el torneo de CCMM, el taller de improvisación de teatro, o algún que otro cotilleo de tus amigos. La intensidad con la que vives el día a día se multiplica por 100 y las emociones van al compás, haciendo de cada día un nuevo Yellow Day.
En nada de tiempo, encuentras a aquellas personas con las que tienes más complicidad, con las que pasas las 24 horas del día. Por la mañana se encargan de hacer de despertador, desayunáis juntos, estudiáis juntos, después de la comida os actualizáis de los 15 minutos que habéis estado separados para volver a pasar la tarde juntos, y así día a día, hasta convertirse en tu familia. Y en la razón por la que cada día en el Mendel es Yellow Day.
Te vas dos días a casa para ver a tu familia y ya quieres volver. Echas de menos las regañinas de Macu por haber perdido las llaves, las tortitas de Raquel e incluso a las chicas de la limpieza, aunque te despierten a mitad de la siesta para hacerte el cuarto.
Y vuelves a la rutina en la que cada día es una nueva aventura.
UNA AVENTURA DE 3 AÑOS
Pareciera que son muchos, pero os aseguro que aún no me ha dado tiempo a asimilar todo lo vivido. Escapadas culturales, fiestas, viajes, ponencias, partidos, más fiestas, y todo ello en un abrir y cerrar de ojos.
Ahora llega el momento de despedirse, y aunque no pueda decir que sea el día más feliz de estos tres años, tengo la suerte de poder recordar siempre esta etapa con una sonrisa de oreja a oreja, y llevando conmigo una mochila llena de experiencias y personas que nunca olvidaré.
Mendel es mucho más de lo que puedas imaginar, y solo lo podrás explicar si vives la experiencia Mendel, dónde ‘Everyday is Yellow Day’