Aparte de estudiar, vivir en el Colegio Mayor Mendel supone disfrutar también de momentos de desconexión, como el viaje a Polonia del que pudimos disfrutar a finales del mes de enero. Una actividad para celebrar el final de los exámenes del primer cuatrimestre que ya se ha convertido en tradición. Tras Praga en 2018, Budapest en 2019 y un parón obligado de 2 años por la pandemia, hemos podido retomar una de las actividades que más nos gustan: los viajes colegiales. Una oportunidad para disfrutar con los compañeros del Colegio Mayor de la cultura, el ocio, los monumentos y la fiesta de cualquier rincón de Europa.
El destino elegido para este año por nuestra delegación de viajes ha sido Polonia. En concreto, durante 5 días pudimos disfrutar de dos ciudades que guardan, cada una a su manera, un trocito de la historia más reciente del viejo continente: Varsovia y Cracovia. Aunque el frío intentó ponérnoslo difícil, disfrutamos enormemente de cada uno de los rincones que tenían para ofrecernos ¿Quieres saber qué es lo que mas nos gustó y no debes perderte en un viaje por estas ciudades? Acompáñanos en nuestra crónica del viaje cultural.
VARSOVIA
Qué mejor manera de empezar un viaje a Polonia que por su capital, Varsovia. Uno de los núcleos urbanos más importantes del país , es punto obligado de visita turística en Europa. Es una ciudad que vuelve la mirada hacia atrás para recuperar la historia y fusionarla hábilmente con lo moderno. Basta con visitar la ciudad para conocer sus dos caras que, casi a cada paso, se entrelazan de manera sorprendente e irrepetible.
Como visita obligada, la Ciudad Vieja, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, donde late el verdadero corazón de Varsovia. Durante el primer día, con la ayuda de un guía local, pudimos visitar los mejores rincones de la ciudad, las numerosas iglesias y basílicas de la capital, la zona en la que se instaló el Gueto de Varsovia y el gran Teatro Real. Nos quedamos sorprendidos por el contraste de los enormes rascacielos sobre los tejados rojos de las casas históricas. Varsovia es una ciudad de contrastes.
En la segunda jornada hicimos un recorrido por la Ruta Real, que une tres de las antiguas residencias de los reyes de Polonia, y visitamos el Palacio Real. A última hora de la tarde, disfrutamos de un improvisado plan: patinar sobre hielo. Y es que Varsovia rebosa vida y pudimos encontrarnos numerosas actividades en sus parques y plazas.
CRACOVIA
Nuestro viaje partió al tercer día rumbo a Cracovia, la segunda ciudad más importante de Polonia. Cracovia es un coloso del arte y arquitectura y su Casco Antiguo ha sido declarado por LA UNESCO «Lugar protegido de la Historia Universal». Quedamos fascinados por lo bien conservados que están los edificios, monumentos y lugares más importantes de la ciudad, que le dan un aire histórico que no te deja otra opción que disfrutar. Lo que más nos gustó de la primera toma de contacto con Cracovia fue la plaza del Mercado y el barrio judío, que pudimos visitar acompañados de una guía local.
Al día siguiente, nos trasladamos a 70km de Cracovia para realizar una de las visitas imprescindibles si viajas hasta aquí: Auschwitz. Este complejo, construido en 1940, albergó a los prisioneros políticos polacos durante el régimen nazi. Conmovidos e impresionados, nos pareció un lugar único para conocer la historia de una de las épocas más oscuras de nuestro continente. Ya se sabe, hay que «conocer la historia para no repetirla» y Auschwitz es historia viva.
Ese mismo día, aún tuvimos tiempo de visitar las Minas de sal de Wieliczka, una de las minas de sal más antiguas del mundo. En un recorrido de varios kilómetros pudimos visitar 22 cámaras con lagos subterráneos, antiguas herramientas y máquinas y diferentes esculturas y bajorrelieves realizadas por los mineros con bloques de sal. Para algunos, lo mejor de todo el viaje a Cracovia, especialmente la Capilla de St. Kinga, una sala subterránea de 54 metros de largo cuya impresionante decoración está realizada íntegramente a base de sal.
El último día antes de volver a España, pudimos realizar una visitar al castillo de Wawel y su famoso dragón que echa fuego, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad.
Volvemos de este viaje con las pilas bien cargadas para afrontar el nuevo cuatrimestre y lograr los mejores resultados. Nos vemos en el próximo.