FRENÉTICO Y FELIZ, TERMINA SEPTIEMBRE

2025-10-01T20:59:45+02:001 octubre, 2025|

Esta historia no tiene final. De hecho, por ahora solo cuenta con principio, el de un comienzo de curso maravilloso. Desde el 29 de agosto, cuando llegaron los nuevos colegiales, y durante todo septiembre en el Mendel ha habido tiempo para todo. 

El curso comenzó dando la bienvenida a quienes pisaban el Mendel por primera vez. Los nuevos colegiales llegaron con sus mejores sonrisas, que dada la actividad, no se les han borrado todavía. El Mendel los recibió entre barbacoas al atardecer, gymkhanas por Ciudad Universitaria, charlas, misa o retos al aire libre. Eso solo durante el primer fin de semana, en el que los nuevos colegiales estaban solos para conocerse mejor. 

Llegó luego la primera semana de septiembre, momento para el acompañamiento entre generaciones. En vez de permitir que el colegio se divida entre “novatos” y “veteranos” y que unos sometan a otros a su voluntad, la política del Mendel es integradora y empieza desde el día uno. 

Basta con conocer cómo es la toma de contacto entre quienes llevan ya más de un curso en el Mendel y los recién aterrizados para comprender esa política. Es tan sencillo como que las primeras interacciones se dan, por ejemplo, en las barcas del Retiro o en las terrazas de los edificios más emblemáticos de Madrid. 

Son planes propuestos y financiados por el colegio en los que los mayores se encargan de guiar a los benjamines por una ciudad que todavía les es extraña. Entre visita y visita, también hay tiempo para actividades dentro del colegio. 

Las olimpiadas mendelianas, por ejemplo, reunieron a gran parte del colegio con pruebas más lúdicas que físicas y en las que primó la diversión. Tampoco faltó el entretenimiento en las tardes en el rocódromo, la sala de escape, la bolera o el parque de camas elásticas. Todo ello, antes o después de las convivencias en el Escorial

La actividad cumbre quizá fue la “gastrorruta”, un recorrido por distintos bares de Madrid que terminó con el colegio entero en un mismo local, disfrutando de las tapas y de las cañas madrileñas. Seguramente se trate de lo que mejor represente la sana relación entre nuevos y antiguos colegiales, que se reunieron y formaron charlas con naturalidad. 

Y por si faltaban algunos por conocerse, llegó la fiesta de inicio del curso. El ambiente era de elegancia y el Mendel, engalanado al completo, descubrió, por si alguno no se daba cuenta, su belleza natural. 

La reunión más formal, aunque animada, fue la Asamblea, en la que se eligió a los miembros del Consejo Colegial y a los delegados de las actividades. Fue una noche de escuchar propuestas y ejercer el derecho al voto con el fin de que el colegio esté lo mejor guiado posible.

Y septiembre culminó con una victoria, la del equipo de fútbol sala masculino en el torneo intercolegial. Quedamos, además, en semifinales de vóley femenino y baloncesto masculino. Potente inicio de la temporada deportiva.

Este ha sido, en definitiva, el planteamiento de una historia. Le falta el nudo, pero el desenlace es previsible: que llegue junio y apetezca que vuelva septiembre.

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